No creo en el destino por un tema de principios, pero a veces siento que hay cosas que están escritas, que hay casualidades que son demasiado rebuscadas para no ser más que eso, aunque ¿acaso no es esa la definición de casualidad?
Me he dado cuenta en la última semana de que hay un número que me persigue (no físicamente; eso sólo me pasa en sueños), que está ahí de varias formas y que ha estado ahí los últimos 20 años.
VEINTE AÑOS.
No estamos hablando de un número de esos simples como el 3, sino de uno en condiciones, de tres cifras, que si os pidiera que lo adivinarais lo más probable es que no dierais con él (podéis probar en los comentarios, que no sea yo quien os lo impida).
La primera vez que lo recuerdo tenía 18 años (yo, el número tenía unos cuantos miles más). Se convirtió en una especie de amuleto, algo que me traía suerte pero en unas condiciones muy específicas. Uno que es raro.
Por esa época también viví en él, tal cual suena, porque por qué no iba a poder uno vivir en un número.
Nunca conecté esos dos puntos hasta hace dos días, pero lo más curioso es que hace cuatro años apareció un tercer punto, muy alejado de los dos primeros en todos los sentidos posibles, pero compartiendo esas mismas coordenadas. Que alguien llame a Cuarto Milenio.
Que sí, que son tres puntos en un espacio de 20 años y lo mismo estoy exagerando un poco, pero ¿y si hay más? ¿Y si el destino no existe pero hay algo ahí que se me escapa?