Sal a la calle sin peinar.
Cena helado.
Sáltate esa clase.
Deja la lavadora para mañana.
Ponte dos calcetines que no sean pareja.
¡Vive al límite!
Olvídate del reloj.
No contestes esa llamada,
ni ese mensaje.
Déjate el móvil en casa.
Sé egoísta de vez en cuando:
haz algo solo por ti.
Sal a bailar bajo la lluvia.
Era una buena historia: no había fallos. Crecía despacio como la masa del pan cuando se hornea, se hinchaba por momentos, olía bien. Demasiado bien, ¿sabes? Tenía uno de esos olores que uno no se cansaría de oler jamás, de aquellos de los que deberían hacer ambientadores y no de jazmín o lavanda. Nadie quiere oler a lavanda en realidad.
Era pan recién hecho, y no es que se pusiera malo, pero se enfrió. Y olía menos.
Fue una buena historia mientras lo fue.
He seguido comiendo pan, que un hombre tiene que alimentarse, aunque tampoco demasiado. Sin embargo no lo he vuelto a hacer, o no lo había vuelto a hacer hasta ahora. Creo.
Tengo el horno encendido, hay algo ahí; y he dicho creo porque ese algo podría ser pan o no, no lo sé, aunque me acuerdo de aquel que se me enfrió y me entran las dudas.
¿Tiene sentido cuando al final todo se enfría?
El mundo de la panadería es muy loco.
Arctic Monkeys – The bakery
And the more you keep on looking the more it’s hard to take.
(Ningún libro de historia ha sido dañado para escribir esta entrada).
A lo mejor es muy loco, pero yo digo que sí y luego pregunto, que me conozco y sé lo fácil que resulta echarse atrás. Es mi mente, ya sabes, que le da vueltas a todo y ataca con las dudas; que si estás seguro de eso, que si quizá aquello no es la mejor idea.
A veces tiene razón, pero ese es el tema: que es solo a veces.
Nunca habríamos descubierto América si Colón hubiera dicho «uy qué miedo ir a descubrir América ahora». Colón era un aventurero. Estoy seguro de que le preguntaron si se apuntaba a descubrir el Nuevo Mundo y dijo que vale, sin pensar, porque sonaba bien todo aquello. Luego fue dándose cuenta de que quizá no era la mejor idea pero ya era tarde: un hombre de palabra nunca se desdice. Además llevaban todos esos barcos último modelo y Google Maps a toda vela. ¿Qué podía salir mal?