Stupid

Estoy en la cocina. Tengo la olla en el fuego. Vacío una lata de atún, dentro, menos un trozo pequeño que se queda en el borde, de metal. Pienso en cogerlo.
Está caliente. Te vas a quemar. No es buena idea.
Lo cojo. Me quemo.
Vacío una segunda lata. Vuelve a pasar lo mismo. Vuelvo a hacerlo.

Y así soy yo con la vida.

Kacey Musgraves – Stupid

Always wind up looking stupid.

Talking in your sleep

Mucha gente habla en sueños y no lo sabe. Mucha gente duerme al lado de gente que habla en sueños y no lo sabe. Algunos se dan cuenta, pero sólo porque quien habla lo hace en un idioma que a quien escucha le resulta familiar. En muchos casos no es así. De hecho, en muchos casos, en lugar de prestar atención al mensaje, el receptor se enfada y trata por todos los medios de evitar que el emisor prosiga con su discurso. En muchos casos nos comportamos como unos auténticos ignorantes.

La mayoría de nosotros lo desconoce, pero hay un idioma que mucha gente lleva dentro, que es innato, que de forma consciente nadie sería capaz de utilizar, pero que al dormir sale, sin quererlo, como un sueño. Ese idioma no es otro que el de los ronquidos. Con él, en contra de lo que muchos piensan, no se pueden formar sino mensajes hermosos. No tiene insultos. Ni palabrotas. Ni lugar para la tristeza. Hay quien considera que representa una de las expresiones de amor más puras, porque no se controla, porque no es la mente la que habla sino el interior.

La próxima vez que alguien ronque a tu lado recuerda esto, y en lugar de pegarle un puñetazo sonríe y vuelve a dormirte. Si alguien ronca a tu lado es que te quiere.

The Romantics – Talking in your sleep

And I know that I’m right ‘cause I hear it in the night.

Goodbye to you

Mi mayor problema ha sido siempre no saber dejar ir.
Desde pequeño, al final de un gran día, en lugar de estar contento por todo lo vivido solía encontrarme triste porque había terminado. Saber que me aguardaba esa sensación me hacía intentar alargar las experiencias agradables lo máximo posible, buscar siempre una excusa para retrasar el inevitable adiós un poco más, como si al final lo importante fuera la cantidad y no la calidad.
No contento con comportarme así ante los días felices, decidí exportar esa filosofía al resto de mi vida, a todas y cada una de las situaciones. Os podéis imaginar el drama.
Lo bueno de los problemas es que, una vez identificados, pueden solucionarse. Sólo hay que querer.

Hace poco vi una película que enseñaba que todo el mundo quiere que lo encuentren. No pude estar más de acuerdo.
Sin embargo, el cine nunca lo dice todo, y lo que Lost in translation no contaba es que sí, todo el mundo quiere que lo encuentren, pero no todo el mundo quiere que lo encuentres tú.
Una verdad como un templo, evidente a fin de cuentas, pero que tendemos a olvidar, sobre todo cuando pensamos que hemos dado con la persona que estaba destinada a encontrarnos.
Os voy a decir una cosa, y no os la toméis a mal, pero no hay nadie destinado a encontrarnos. Nadie salvo nosotros mismos.

He encontrado, he conocido, he disfrutado, he abrazado, he escrito, he besado y, por qué negarlo, he amado. He amado porque hay muchas formas de amar y yo no sé hacer otra cosa.

Lo bueno de los problemas es que, una vez identificados, pueden solucionarse. Sólo hay que querer. Sólo hay que crecer.

Ha sido un buen día, pero toca a su fin.
Esta vez no pienso ponerme triste.
Voy a sonreír.
Voy a dejar(te) ir.

Michelle Branch – Goodbye to you

And it hurts to want everything and nothing at the same time. I want what’s yours and I want what’s mine. I want you, but I’m not giving in this time.