Viviendo deprisa

Alejandro lo sabía. Fue hace muchos años, pero el ya lo dijo; que estábamos malgastando nuestro tiempo viviendo deprisa.
Es curioso cómo todas esas canciones, libros y películas tienen otro sentido si las miras desde nuestra perspectiva actual. Como si toda esa gente ya lo hubiera sabido, o como si lo que sentimos ahora no fuera en verdad tan diferente de lo que hemos sentido antes.

A lo mejor con los sentimientos pasa como con los sabores, que hay unos cuantos y los puedes combinar como quieras, pero al final los colores primarios son los que son.

Viviendo deprisa, corriendo de aquí para allá; que si coge el metro, que si lleva a los niños a inglés, que si haz la cena rápido que empieza Cuéntame. Y de pronto todo se para.

Todo se para, y es lunes por la noche aunque no son ni las siete y media, que ahora con suerte estarías volviendo del trabajo, pero ya estás pensando en cenar y meterte en la cama. Es lunes por la noche y estás escribiendo desde lo que antes era una mesa que casi no usabas pero ahora es oficina, comedor, cafetería y otras tantas cosas más.
Ha sido un lunes lento, o eso habrías dicho antes, pero ahora todo es lento, así que ha sido simplemente un lunes. Otro lunes. Un lunes bueno, en verdad, que no has hecho horas extra, has comido bien y has hecho veinte minutos de ejercicio. Veinte. Parece hasta mucho.

Supongo que volveremos a vivir deprisa, pero hoy solo el hecho de pensarlo es raro.

Alejandro Sanz – Viviendo deprisa

No me esperes, yo me quedo aquí.

Karma

Es difícil creer en el karma cuando ves que le pasan cosas malas a gente buena, o viceversa, o peor aún: que te pasan a ti. ¿Para qué?, te preguntas.
Buena pregunta.

Lo mismo te estás esforzando por hacer las cosas bien, que tampoco debería ser un esfuerzo, digo yo, pero a veces es muy difícil no mandar a la gente a la mierda. Pones de tu parte, te contienes, o incluso vas un paso más allá y hablas las cosas de manera civilizada. Todo bien. ¿Qué coño bien? Todo perfecto.
Y te mandan a la mierda.

¿Para qué?, te preguntas. Si hago las cosas mal me pasan cosas malas, y si las hago bien también. ¿Por qué me esfuerzo?

En primer lugar, supongo, que porque si solo haces las cosas para tu beneficio personal eres un poquito egoísta, y tú no eres así. O sea, si lo fueras ni siquiera te lo plantearías.

Pero en serio, ¿para qué?

A ver, el karma es una excusa para que la gente se porte bien; un poco como El Coco. Y El Coco no existe.
Te van a pasar cosas malas, igual que le van a pasar cosas buenas a los hijos de la vecina aunque bajen las escaleras cual estampida de ñus cada mañana a las ocho menos cinco. Porque las cosas, buenas y malas, pasan, y nos pasan a todos. Pero todas esas cosas que haces bien, te cueste más o menos, son cosas malas que no le están pasando a nadie.

Hazlo por eso, y porque ya está el mundo bastante lleno de gilipollas…

AJR – Karma

I’ve been so good, where the hell is the karma?

Ay pena, penita, pena

Me paso media vida tirado en el suelo. En sentido figurado, claro; no porque no lo haga ahora la mitad del tiempo, que sí, sino porque es algo que he empezado a hacer recientemente. Tan recientemente como 2020, ya sabéis, con lo del virus ese. Supongo que os suena.

Digo que he empezado, pero ¿no debería decir que lo he retomado? Hace tiempo que no veo a ningún niño pequeño, pero creo que es algo que solían hacer. ¿Lo mismo es eso? ¿Que vuelvo para cerrar el ciclo? Que pensándolo bien mejor no: lo de cerrar ciclo me suena a irse con el tío de los lirios, y ahora mismo no nos podemos juntar.

El tío de los lirios, que he crecido oyendo hablar de él y preguntándome quién sería, y ahora me da por buscarlo en Google por aquello de confirmar y NO HAY NADA. ¿Alguien sabe de quién hablo? ¿Alguien con quien no tenga lazos de sangre?
Una de dos: o es algo propio de mi familia, que qué bonito, o el mundo no le ha hecho justicia al pobre señor. ¿De verdad que nadie lo conoce? Decidme que sí.

Seguiría hablando, y tengo más que decir, pero es que este descubrimiento me ha trastocado un poco y siento como que me sobra energía potencial.

Me vuelvo al suelo.

Decidme cosas.

Lola Flores – Ay pena, penita, pena

Me duelen los ojos de mirar sin verte.