Si quieres bailamos

Yo soy el que se queda apoyado en la barra o sentado por ahí observando al resto. Soy un observador, pero lo soy solo por las circunstancias, que son tener ojos y no bailar.
No bailo, no es la primera vez que lo digo, porque lo hago mal. Hay mucha gente que baila mal y baila; yo no, qué le voy a hacer, soy así. Pero me gusta, ¿eh? Que nadie se confunda.
Disfruto bailando, aunque normalmente lo haga como Alejandro Sanz, cuando nadie me ve. Y es que al final bailar para mí es como comer patatas fritas, beber refrescos o decir te quiero, que si lo hago cada día es rutina y no le veo el sentido.
Podría pasar lo mismo con cualquier cosa, pero cada uno decide qué convierte en especial, y yo particularmente veo bien hacerlo con bailar.

Dicho eso, estaba yo el otro día sentado en un bar y te vi. No estabas, pero yo estoy muy loco, ¿vale? Te vi y (no) estabas de pie, porque tú seguro que no paras, y pensé ¡sácame a bailar!
Pero si no te gusta – me dije.
¡Claro que sí!
– ¿Y por qué no bailas nunca?
– Porque me da vergüenza.
– Entonces no te gustará tanto…
– ¡Que sí!
– ¡Pues demuéstralo!
– ¡Pues lo demuestro!

Pasaron un par de minutos y seguía yo allí sentado, y jijí y jajá, pero de bailar nada.

Veo que eres un hombre de palabra, Z.
Si me lo pide bailo.
– ¿Y por qué no se lo pides tú?
– Qué machista eres… y además no está.

Pero lo vi claro: que si hubieras querido (y hubieras estado) habría bailado contigo, lo que fuera: cualquier baile, cualquier canción, durante horas y horas hasta que hubieran dejado de respondernos los pies, y en ese momento te habría cogido en brazos para que pudieras descansar y habríamos seguido bailando. Probablemente habría acabado mal, que mi coordinación no es para tirar cohetes y sostenerte no lo habría hecho más fácil, pero nos veo ahí en mitad de la pista dando vueltas y es bonito y me da igual. Quizá con suerte habríamos perdido el equilibrio y habríamos tropezado y nos habríamos caído, y tu cuerpo sobre el mío frente a frente en el suelo y todos hemos ido al cine alguna vez y sabemos qué viene después.

Y si me lo pides bailo.

Pereza – Si quieres bailamos

Me pongo los zapatos y me llevas.

10 comentarios sobre “Si quieres bailamos

  1. A mi me encanta bailar uhmmm aunque pensándolo bien no se si lo hago muy bien jiii.. Pero me gusta tanto que creo que hacerlo bien o no es secundario. 😉
    «Que el fin del mundo nos sorprenda bailando» a poder ser con alguna (columna) que nos sujete llegado el momento»..
    😊

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  2. Ahora que mencionas lo de bailar…yo me veo sentada, en algún agradable lugar, de esos donde la música se deja apreciar, es música que envuelve y te invita a olvidar, mis pies se mueven solos, mi cuerpo no se hace esperar ,deseo que se acerque, que me invite con la mirada, esboce una sonrisa, de esas amplias, seductoras, de las cuales no puedes negarte aunque quieras, pero yo no quiero negarme me muero por bailar… Ufffff mejor paro aquí! Lo que quiero decir es que me encanta bailar. 🙂

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