Adiós

Que yo no era así y ya ves: que lloro por todo. ¡Por todo!
Pero es que no puedo ocultarlo, callarlo. No puedo, Rocío, lo siento.
Que me había jurado que no iba a llorar y mírame,
pero vaya estupidez de promesa también.

Los chicos lloran, claro que sí, ¿y qué? Pero, ¿por todo? Que todo me emociona: TODO.
Estoy viendo una película, pasa algo, por pequeño que sea: lloro.
No pasa nada pero me imagino que puede pasar, aunque no haya indicios: lloro.
Mi madre ya lo hacía y yo me reía de ella. Inconsciente.
¡Pero si solo se han dado un abrazo!
Qué iba a saber yo.

Joder, estoy llorando. UN ABRAZO. ¿Os acordáis?
Los besos siempre me han dado más igual. ¡Qué pereza! Pero ay un abrazo…

La Oreja de Van Gogh – Adiós

Tengo que irme ya, abrázame.

All my friends are falling in love

Me he quedado parado en la ducha. No es que sea un espacio que dé para mucho movimiento, pero me refiero a que estaba yo ahí inmóvil, con la cabeza en el limbo mientras me caía el agua encima. Con la canción y el plano adecuados podría haber sido una buena escena, intensa, dramática, quizá hasta emotiva; pero cuando no formas parte de una película lo único que es es un malgasto de agua.
Lo siento, de verdad.
Pasa que uno no controla donde se queda traspuesto.

No vivimos en una película, está claro, pero ojalá, ¿no? De esas fáciles, por favor, donde el chico conoce a la chica y se enamoran y todo es maravilloso y nada sale mal. De esas en las que hay un amigo que sale poco y siempre solo como elemento cómico. Que no tiene problemas, casi ni vida: su vida es solo vivir situaciones desternillantes, reírse y hacer reír. Y tiene un perro precioso.
Ojalá, pero sin ser ninguno de los protagonitas, qué pereza. Ojalá ser el amigo. Que no se centre la trama en mí: ¡que no haya trama! Que no haya drama.
Qué sueño, ¿no? Vivir de gag en gag.

Y que en alguna de mis escenas tontas mientras los otros dos se dan besitos suene esto.

The Vaccines – All my friends are falling in love

But then sometimes you should go with the flow

Dangerous night

Que a veces el mundo desaparece y ahora es una de esas veces,
que no hay nadie,
tú y yo.

Tú y yo, y si me descuido solo tú,
que uno a sí mismo se mira poco
y cómo si tú eres la alternativa.

Volamos en círculos,
aunque supongo que da igual la trayectoria.
¡Volamos!

Vuelo.
No hago otra cosa desde que te conozco.

Está el parque lleno de gente que no veo,
que no hay mundo,
pero me escondo detrás de una espalda
para ver si te das cuenta,
si me echas de menos,
si vienes a buscarme.

Entonces los veo.

Se miran. Se tocan. Se besan.
Sonríen.

Vuelo a por ti: qué más da quién busca a quién.
Quiero eso.
Mirarte. Tocarte. Besarte.
Sonreír.

Qué más da que no podamos.

Quiero volar a tu lado.

 

Thirty Seconds to Mars – Dangerous night

What a dangerous night to fall in love.