– Dígame, jovencita, ¿qué le ocurre?
– Verá… es que… la verdad es que me da un poco de vergüenza decirlo.
– Tranquila, estamos en confianza.
– Pues… la cosa es que… no paro de pensar en él. Me despierto y pienso en él. Me acuesto y pienso en él… y sueño con él. Y no tengo hambre. Intento comer pero nada, como si tuviera un nudo… o varios nudos: uno en la garganta, otro en el estómago… lo mismo hasta hay alguno más. Y quiero estar siempre con él, y si no me pongo triste y me deprimo y no tengo ganas de nada y me enfado con el mundo y me pongo a llorar y escucho a Taylor Swift…
– ¿Taylor cómo?
– Swift.
– Y ese es…
– ¡Esa! Es una chica. Una cantante. A veces tengo la sensación de que es la única persona en este mundo que me entiende, pero ni eso es suficiente. Él es como una droga. Creo que soy adicta… o algo así. No creo que sea algo normal. Seguro que no lo es, porque nunca me había pasado nada parecido.
– Entiendo…
– Y me preocupa, sobre todo por lo de comer, porque yo siempre he sido de comérmelo todo… ¿Y si me pasa algo por no comer? Y a veces también es como si me faltara el aire. Y creo que ya está.
– No creo que sea nada grave.
– ¿En serio? Porque yo creo que podría hasta morir. ¿Qué puedo hacer?
– Esperar.
– ¿Y ya está?
– Sí.
– ¿Y hasta cuándo?
– Todo habrá terminado cuando cumpla los dieciséis.
– ¡Pero si aún falta mil! ¿No me puedo tomar alguna pastilla o algo?
– Lo que tiene no hay pastilla que lo cure.
– ¿Y qué es lo que tengo, doctor?
– Quince años.
Taylor Swift – Fifteen
And you’re dancing ‘round your room when the night ends.
oops! Me paso lo mismo y no fue precisamente a los 15…por favor la pastilla!!!
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¡Marchando! 😉
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Que bonito…muy tierno.
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🙂
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Jajaja, a una edad queremos que el tiempo pase rápido y a otra, si pudiéramos ralentizarlo aunque fuera un poquito!!!!:)
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¡Exacto! El tema es que no estamos nunca conformes con lo que tenemos. ¡Un abrazo!
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