I don’t know my name

Es imposible que yo hubiera decidido cómo quería llamarme: nací sin saber hablar.
Mi nombre lo eligieron mis padres por mí, y supongo que tiene sentido.
Nací siendo suyo, indefenso, dependiente… y callado.
Creo que lo que más me limitó a la hora de autobautizarme fue el hecho de nacer callado.

Nombres, ¿verdad?

Se los ponemos a todo, y supongo que tiene sentido. No podemos llamar a algo que no se llama, y nos gusta llamar. ¡Nos encanta! No habríamos inventado los teléfonos de no ser así.

Damos nombre a todo lo que entra a nuestra vida, a todo lo que se hace nuestro.
Mis padres me pusieron uno, pero ¿no debería ser solo suyo?

Quizá cada persona debería ponerle nombre a toda aquella que entrara en su vida.

Quizá deberías buscarme uno para cuando me haga tuyo.

 

Grace VanderWaal – I don’t know my name

I don’t play by the rules of the game.

Blue as your eyes

Nos enfriamos con el paso del tiempo; dejamos de idealizar y empezamos a querer verlo todo desde un punto de vista realista, y a la magia no se la puede mirar desde un punto de vista realista, así que dejamos también de creer que el amor puede durar para siempre.

Nos hacemos mayores, y por el camino nos vamos dando cuenta de que es imposible que no haya nada imposible, y donde antes solo había posibilidades van apareciendo noes, como setas tras el diluvio. No es necesariamente malo, pero en parte es triste.

El amor eterno son los padres, aunque no, probablemente ni siquiera ellos.

Ya no puedo soñar con pasarme el resto de mi vida mirándote a los ojos sin cansarme. ¡Vivo cansado, joder! Pero aún puedo batir un récord, y a lo mejor te vale: prometo ser la persona que más tiempo te mire a los ojos sin cansarse.

Ya veremos lo que hacemos luego.

 

Scouting For Girls – Blue as your eyes

When I showed you my hand I gave you my heart.

 

Parts of you

Hablo poco para darle más valor a lo que digo, aunque sea por contraste. A uno que habla siempre nadie le escucha, cosa que sé por experiencia al haberme pasado media vida hablando. Hablo menos ahora, poco, casi nada; pero cuando lo hago me aseguro de que tenga sentido: no me gusta malgastar palabras.

Quizá lo he aprendido de mi padre, inconscientemente, tanto que he tardado treinta y dos años en darme cuenta. Ha sido hoy.
Esta tarde he recibido un correo suyo, lo cual ocurre poco. No escribe poco porque no tenga cosas que contar, al contrario; es solo que no siempre siente la necesidad de contarlas. ¿Para qué?, supongo que debe pensar, pero no lo sé, no lo dice.
He recibido un correo suyo y ya estaba contento antes de saber qué había dentro.
Pasa poco, y a lo mejor es eso, que la magia está en lo inesperado.
El correo no tenía ni una palabra.

 

Ron Pope – Parts of you

And I remember staring up at you when I was nine years old and you looked ten feet tall.
And I was hoping maybe I’d grow up to be the kind of man that you’d be proud to know.