Dinamita

Te perdimos una vez.
Te buscamos, y te buscamos, y te buscamos, pero no éramos capaces de verte.
Tenías que estar ahí, y aun así no estabas.
Seguíamos buscando, teniendo cada vez más claro que no ibas a aparecer, que ya era tarde, que no, pero ¿cómo íbamos a parar? ¿Cuándo dejas de buscar a alguien a quien quieres?
La respuesta es nunca.

Ya habíamos tirado la toalla, pero seguíamos buscando porque la alternativa era peor: aceptar que no íbamos a volver a verte. Y contra todo pronóstico apareciste.

En ese momento lo olvidamos todo. Es como si el cerebro se bloqueara, o incluso como si no tuviéramos cerebro.
No pensamos, no podíamos, ¿cómo?
La cabeza nos seguía diciendo que estaba ya todo perdido, pero ahí estabas.
¡Estabas ahí!

Y mientras dejábamos que la alegría se adueñara de nosotros, el cerebro, que para nada se había bloqueado, seguía haciendo su trabajo, borrando todo lo que nos había llevado hasta ese momento, porque qué importaba todo eso: los nervios, el miedo, la búsqueda, las preguntas…
Nada importaba porque estabas aquí.

El cerebro se encargó de borrarlo todo, incluido el hecho de que realmente no te habías perdido.
No supimos verlo, o no quisimos, porque cómo íbamos a pensar que eso era lo que tú querías.
¿Cómo aceptas que alguien a quien quieres no quiere estar a tu lado?

En verdad nada tenía que ver con nosotros, pero a veces resulta casi imposible no ver las cosas desde nuestro punto de vista.
No fuimos capaces de ponernos en tu lugar, de entenderte, y supongo que mentiría si dijera que hoy algo de eso ha cambiado. Aceptamos que te has ido, y que probablemente eso fuera lo que quisiste desde un primer momento, pero no lo entendemos.
Ojalá pudiéramos.

Y no sabemos parar de buscarte.

La Bien Querida – Dinamita

Voy a salir a buscarte. Voy a salir a buscarte.

A hug too long

Lo más cercano a un abrazo que me han dado en los últimos meses me lo ha dado la almohada. Técnicamente se lo he dado yo a ella, pero me gusta imaginar que ella quiere, que me ve ahí y piensa míralo, pero si está hecho polvo, tan solo… que voy de duro y de que me da todo igual y de que yo me he pasado toda la vida esperando que llegara algo de esto, pero joder, ¿os acordáis de lo que es un buen abrazo?

Espero que la almohada no sepa leer porque estoy a punto de confesar que no es lo mismo, pero es que no lo es; aunque supongamos que ella quiere y que si no se lanza es porque no tiene brazos.
Una cosa es abrazar y otra que te abracen.

Nunca he sido de mucho contacto, la verdad, que eso de tener que dar besos y abrazos a todo el mundo siempre me ha llevado de cabeza. Tener que, ¡qué horror! ¿Desde cuando uno tiene que querer?
Ahora intento acordarme del último abrazo que di y nada. Ni siquiera me acuerdo de haber abrazado.

Quizá se me olvida, no sé. Quizá pasa algo más de tiempo y ya no tiene sentido ni el concepto, y al final abrazar no es más que coger fuerte la almohada por la noche mientras tengo pesadillas.

Gabby’s World – A hug too long

And if you ever told me that you were scared I’d appear there

Déjala que vuelva

Intenté retenerla, y ese fue el problema.
Es imposible retener a alguien, sobre todo a alguien como ella.

No sé cuánto tiempo estuvo a mi lado.
Supongo que cuando eres feliz el tiempo es lo de menos, y éramos felices… yo era feliz… ¿lo era ella? Con ser feliz pasa algo parecido, que uno lo es y se olvida del resto, no a malas, pero quizá cuando somos felices con alguien pensamos que ese alguien también lo es con nosotros, y nos da igual.

Ella no era feliz.

Si hubiera sido feliz jamás se habría ido, ¿no? Aunque tampoco es cierto.
¡Joder! ¡Menuda sarta de mentiras!
A veces uno se va aunque sea feliz, o se va precisamente porque es feliz, como si no se lo mereciera, ¿sabes?, como si ser feliz fuera demasiado.
A veces ser feliz sobrecoge, y quién quiere vivir sobrecogido.

Yo no lo vi, pero ella se dio cuenta de que éramos incapaces de ser felices a la vez.
Por eso se fue.

Ella daba y yo cogía. Siempre. Todo el rato.
Fui un egoísta.
A veces uno se va para aprender, para que el otro aprenda, no a malas, pero las lecciones difíciles también tiene que enseñarlas alguien.

Lo bueno de todo esto es que he aprendido, que ahora sé ser feliz sin ella.
Supongo que eso quiere decir que estoy listo para que vuelva.

Mi musa está en un autobús hacia alguna parte.

 

Piso 21 feat. Manuel Turizo – Déjala que vuelva

Ella conoce solita el camino conmigo.