Frambuesa

No me quiero poner místico y hablar del destino y todo eso, pero cómo es, ¿eh? Un día estás soñando algo y al día siguiente estás viviendo ese sueño, pero todo es muy real, ya sabes, casi demasiado; que los sueños no son así, no huelen así. Se siente, ¿verdad? En el fondo sabes si estás soñando, y ahora no lo estás, que el sol quema y se te ha olvidado ponerte protección, y ¿cuántas veces en un sueño has dicho ¡mierda, no me he puesto crema!?

Lo curioso de los sueños es eso, que a veces se cumplen.

De pequeño tienes muchos y los ves lejos, muy lejos, pero son tus sueños y los quieres.
Te sientas, coges tus colores y un papel y garabateas un plan.
Y te esfuerzas.
Y trabajas.
Y luchas.

Siembras, eso es lo que haces.
Nos pasamos la infancia, y quizá también la adolescencia, sembrando, de todo, por todas partes.
Y riegas y riegas y un día eso brota, y ahí lo tienes: tu sueño.
Si has sembrado mucho, no te has olvidado de regar y tienes suerte, brota también mucho. Es lo justo.
¡Y a recolectar! Pocas sensaciones hay mejores que comerte una fresa que está ahí gracias a ti.
La fresa es el sueño, es una metáfora.

Lo que pasa a veces es que con tanta cosecha se te olvida volver a sembrar.
Estás bien, te acomodas, no puedes quejarte pero… ¿eres feliz? ¿Es seguir recolectando lo que quieres? Vivir de los sueños que tuviste cuando eras joven, o más joven. No tiene nada de malo, pero habías enterrado otras semillas que nunca llegaron a germinar, y ¿a lo mejor estaría bien intentarlo otra vez? O plantar algo que ni te habías planteado, que ahora con esto de la primavera están las semillas de oferta, y nunca es tarde para soñar sueños nuevos.

Puedes vivir de fresas, e incluso ponerles nata y disfrutarlas aún más, pero ¿a qué debe saber una frambuesa?

Karla Cruise – Frambuesa

Sonidos que se escapan para regresar.

If it makes you happy

– ¿Crees que te lo mereces?
– Creo que no.
– Entonces, ¿cuál es el problema?
– Que hay otros que lo tienen, o pueden tenerlo, y tampoco se lo merecen.
– Y tú lo quieres, ¿no es cierto?
– Sí.
– Pero no crees que te lo merezcas…
– Bueno… no…
– Entonces, ¿cuál es el problema?
– Que hay otros que…
– Olvídate por un momento de los otros. ¿Te gustaría tenerlo sabiendo que no te lo mereces?
– No lo sé… quizá no…
– ¿Lo quieres por encima de cualquier cosa o quieres conseguirlo sabiendo que te lo has ganado?
– No lo sé…
– Creo que sí lo sabes. ¿Es solo el premio? ¿Es la meta lo único que importa? Todos los caminos conducen a Roma, sí, pero ¿irías por cualquier camino?

– No.
– ¿Te sentirías bien contigo mismo cogiendo atajos, dejando que te pusieran medallas de carreras en las que no has participado?
– No.
– ¡Corre, joder! Cálzate las zapatillas; sal ahí fuera. Demuestra lo que vales. Cáete, vuelve a levantarte, hazte fuerte. Gánate esa medalla sin que te importe la medalla. APRENDE. Y a la mierda el resto, coño. Sé tú, como siempre has sido. ¡Si luchas que sea por ti!
– Gracias.
– No hombre, gracias a ti.
– Pero…
– Ya sabes que estás hablando solo, ¿no?

 

Sheryl Crow – If it makes you happy

If it makes you happy, then why the hell are you so sad?

Your turn to drive

No hay nada que merezca la pena por lo que no haya que luchar,
pero si siempre lucho yo por ti no te doy tiempo,
y si tú no luchas nunca yo no merezco la pena.

O luchamos todos o la puta al río.

 

David Bowie – Your turn to drive

Drive.