Ay pena, penita, pena

Me paso media vida tirado en el suelo. En sentido figurado, claro; no porque no lo haga ahora la mitad del tiempo, que sí, sino porque es algo que he empezado a hacer recientemente. Tan recientemente como 2020, ya sabéis, con lo del virus ese. Supongo que os suena.

Digo que he empezado, pero ¿no debería decir que lo he retomado? Hace tiempo que no veo a ningún niño pequeño, pero creo que es algo que solían hacer. ¿Lo mismo es eso? ¿Que vuelvo para cerrar el ciclo? Que pensándolo bien mejor no: lo de cerrar ciclo me suena a irse con el tío de los lirios, y ahora mismo no nos podemos juntar.

El tío de los lirios, que he crecido oyendo hablar de él y preguntándome quién sería, y ahora me da por buscarlo en Google por aquello de confirmar y NO HAY NADA. ¿Alguien sabe de quién hablo? ¿Alguien con quien no tenga lazos de sangre?
Una de dos: o es algo propio de mi familia, que qué bonito, o el mundo no le ha hecho justicia al pobre señor. ¿De verdad que nadie lo conoce? Decidme que sí.

Seguiría hablando, y tengo más que decir, pero es que este descubrimiento me ha trastocado un poco y siento como que me sobra energía potencial.

Me vuelvo al suelo.

Decidme cosas.

Lola Flores – Ay pena, penita, pena

Me duelen los ojos de mirar sin verte.

Correcto

Definitivamente estoy al revés: tengo frío cuando la gente empieza a ponerse manga corta, me gana la nostalgia cada noche la batalla por el teclado como si fuera noviembre y mi cara está cada vez más roja. No me pongo rojo por vergüenza, que va a ser verdad que se pierde con los años, sino por lo de estar al revés: boca abajo la sangre se va acumulando, y aunque entiendo que debe haber un límite espero poder dar la vuelta antes de confirmarlo.

En general estoy bien, es primavera y es todo jijí, jajá y flores, pero por las noches me viene esto; el pasado, los fantasmas… como si mi vida me pasara por delante pero pasando por alrededor, y solo fragmentos concretos: cosas que no hice, cosas que hice mal.
Cada noche acabo preguntándome lo mismo: qué es mal, qué es bien… qué habría sido lo correcto.

Supongo que esa es la clave: lo correcto. Y no hay respuesta.

No me preocupan las dudas; ni siquiera la nostalgia o las noches en vela.
Me preocupa que no sea noviembre.

 

Jero Romero – Correcto

A veces tiene miedo a descubrir que sí, que a veces es correcto lo que opina sobre mí.

Issues

– Mira esto, es precioso – te dije con la labia propia de un virus de WhatsApp. Y te mandé el enlace.
– Lo odio – dijiste, y supongo que te diste cuenta enseguida de que quizá habías ido demasiado lejos-. No es que no me guste, pero es algo que he visto ya muchas veces.
– 
¿Acaso es menos bonita una rosa porque hayas visto un ciento?

Dijiste que sí.

Es la historia de mi vida, supongo, porque decir que es la primera vez que siento algo parecido sería mentir, y yo no miento; y supongo también que es verdad, que la belleza una vez llama la atención pero repetida satura; que hoy algo bonito es bonito pero mañana lo es menos, pasado quizá solo está bien y al final terminas odiándolo.
Así es como funciona todo, ¿verdad?

Soy muy cabezón, y la verdad es que me da igual si es así como el resto del mundo ve el mundo: yo me niego. Yo soy capaz de ver algo bonito a diario y emocionarme cada vez.
No concibo la vida de otra manera.

Probablemente solo sea un virus.

 

Walk off the Earth – Issues

‘Cause if you did, baby, I would judge you too.