Catch my breath

Decían que hay que ir más allá de la superficie, que la belleza está en el interior, que lo esencial es invisible a los ojos; y ahí estaba yo, buceando como un loco, desafiando mi capacidad pulmonar con cada bocanada de aire que no cogía.

Quería encontrarlo por encima de todo, y supongo que eso pesaba más que el riesgo de asfixia.
Quizá no hacía tanto que lo necesitaba, pero parecía una vida. Os ha pasado alguna vez, ¿verdad?, que no sabéis que queréis tanto algo hasta que os ponéis, y parece que lleváis toda la vida soñando con eso, buscándolo.
En eso estaba yo: en buscarlo.

Un poquito más, que aguantas, me dije yo tras el primer espasmo. Que no hay que rendirse, que quien no llora no mama, que para presumir hay que sufrir, que todo eso. Y yo no era un cobarde, ¡eso jamás! Yo era de una casta de valientes, como Simba, que a referente de héroe nadie le hace sombra. No me reía en la cara del peligro por un lado porque siempre hay que mostrar respeto, a todo y a todos, y por el otro porque no se puede uno reír sin aire. Y me faltaba.
Sentía como si se me fueran cerrando los pulmones, que probablemente no sea algo que pueda pasar, pero joder si se siente. Yo siempre lo he sentido todo mucho.

En ese momento, habiendo profundizado más de lo que pensaba posible, aún sin encontrarlo, empecé a sentirlo todo. Lo de los pulmones, pero también el resto. Todo lo que había y no había hecho, el daño que había causado, las cosas que no había dicho, la última vez que no te di un abrazo pensando que no me iba a morir sin darte otro. Y creo que eso era lo de que te pasa la vida por delante de los ojos justo antes de morirte.

Me ahogué.

Lo de que no hay que quedarse en la superficie no siempre es verdad. No fui yo, pero lo encontraron. Lo encontraron a mi lado, junto a mi cadáver.

A veces las cosas flotan.

Kelly Clarkson – Catch my breath

Catching my breath, letting it go…

Claro que hace falta hablar

Hablar otro idioma no es fácil: uno tiene en la cabeza todo eso que quiere decir y lo tiene claro, pero está en otra lengua y hay que traducirlo, y así no se puede; no siempre al menos. A uno le faltan palabras, práctica, soltura… Uno habla pero no dice lo que quiere decir, no todo, y es como que está viviendo a medias, que es menos él, porque somos nuestras palabras y sus palabras no son todas las que son.

Es esa sensación la principal culpable de que hablar otro idioma no sea fácil, pero es que a mí me pasa eso mismo con el mío. No sé si es que pienso más deprisa de lo que soy capaz de hablar, que es mucho, o que pienso palabras que no soy capaz de traducir a mi propio idioma, cosa que si analizas con detenimiento tiene el mismo sentido que si no lo haces.
Quizá nunca aprendí a hablar del todo.

Hablar un idioma no es fácil, y a lo mejor la culpa la tienen ellos, los idiomas, que se las dan de complicados pero son incapaces de captar la esencia.
Seguro que es eso.

Voy a inventar un idioma que no tenga fallos.
Uno donde no haga falta hablar.

 

Ella Baila Sola – Claro que hace falta hablar

Me confunden las palabras obligadas por el tiempo.

Die fun

Vamos a estar aquí hasta que estemos, lo cual será poco, casi nada, definitivamente nunca suficiente.
Vamos a estar aquí un rato muerto, una tarde de lluvia, un martes de sol.
Vamos a estar aquí un miércoles nublado, un jueves fugaz; quién sabe si llegaremos al viernes.
Vamos a estar aquí un sábado, un domingo, otro lunes… y todos esos días, todos, habrán sido un regalo.
Vamos a estar aquí como las ofertas: por tiempo limitado.
Vamos a estar aquí hasta que estemos.

Veo multitudes que se amontonan en las puertas de las grandes superficies el primer día de rebajas y pienso que casi lo han entendido todo, que han captado la esencia, el secreto de la vida.
El secreto de la vida es que no hay secreto, que vamos a estar aquí hasta que estemos, que somos como las rebajas que no duran para siempre. Por eso toda esa gente las vive con semejante intensidad.

Que algo sea efímero debería si acaso empujarnos a vivirlo con más ganas, y estamos tan lejos de las rebajas como lo estamos del mono.

Y vamos a estar aquí hasta que estemos.

 

Kacey Musgraves – Die fun

So let’s love hard, live fast, die fun.