Vas a quedarte

La próxima vez lo haré mejor, lo prometo.
Cambiaré todo lo que hago mal, y no solo eso: cambiaré también esas cosas que no te gustan, aunque no les pase nada, que me he dado cuenta de que no se trata de lo que está bien sino de adaptarse. Voy a ser como esas cosas que pones en los enchufes cuando te vas de viaje a otro país donde todo es diferente, porque al final la corriente es siempre la misma pero cambian los agujeros.
Un poco como nosotros.

La próxima vez lo haré mejor porque he aprendido.
De cada error se aprende, y te juro que a veces pienso que para qué hay que aprender tanto. ¿No basta ya? Uno piensa cuando acaba el colegio que ya está, pero no. Y luego a veces el instituto. Y la universidad. Y siempre que crees que acaba hay otra cosa.
Y al final, cuando parece que ya de verdad no hay más, está la vida.

Supongo que me sigo equivocando porque aún no estoy listo, que me sigue faltando un hervor o yo qué sé.
Creo que ya no me gusta aprender, que no lo disfruto como al principio de todo esto, pero entiendo que hace falta.
Y un poco también lo siento.

Nadie se merece ser con quien otro se equivoca, pero al mismo tiempo alguien tiene que serlo para que todo esto funcione. Ahí entras tú.
La parte buena es que cada vez me quedan menos errores de los que aprender, que voy empezando a entender cómo va todo esto, ¿sabes?

La próxima vez lo haré mejor.

Aitana – Vas a quedarte

Porque te juro que esta vez voy a cuidarte.

Bad

No me considero mala persona, pero a ver, buena buena tampoco.
Ochenta – veinte quizá.

Ochenta – veinte está bien. Muy bien.
Ochenta – veinte es ser bastante buena persona, casi todo el tiempo; algún desliz de vez en cuando.
A nadie le gusta un cien – cero. Es tan perfecto que da hasta rabia. Eso es un cien – cero.
No, gracias.

El problema quizá es que nunca hablo del ochenta.
No me gusta ponerme medallas, y no porque tenga un cuello muy sensible y me moleste el roce, aunque haga el cariño, que también, pero es que ¿no va eso en contra de todo esto? Eso es lo de las medallas. Esto es lo de ser buena persona.
No hay premio, no debería haber premio, nunca habrá premio.
Ser buena persona es el trabajo más desagradecido del mundo.
Lo siento.

El problema quizá es que sí hablo del veinte, ¡vaya que si hablo! Es lo único de lo que hablo, de hecho. Reconozco mis fallos, mis errores, todo eso que hago mal… y lo que no hago. Digo lo que pienso, siempre, aunque sea malo. Sobre todo lo malo.
Seguro que hay gente peor, pero se callan. Yo no sé.

A veces parezco un cero – cien.

 

Michael Jackson – Bad

You know I’m bad, I’m bad, you know it.

November

Corrías, muerto de ganas de llegar allí cuanto antes, pero no podías llegar solo, sabías que no, que las puertas no se iban a abrir para ti. Corrías mientras tirabas de mi mano. ¡Venga! ¡Vamos! ¡Corre!
Pero no quería correr.

Me negaba a tener prisa, a querer tenerlo todo ya. Ya había estado allí, muchas veces, y sabía que no, que una vez llegáramos no habría más, que era el viaje.
Siempre es el puto viaje: nos lo dice todo el mundo, en todas partes, y corremos.

Corrías tirándome del brazo y yo me dejaba arrastrar fingiendo hacer fuerza para quedarme. Me dejaba llevar, poseído quizá por tu entusiasmo que parecía brillar más que ese letrero que gritaba que aquello era un error. Otro error. El mismo error otra vez.

Ya no corrías: corríamos; olvidando lo bien que había empezado el viaje; el viaje en sí.
Ya no quedaba viaje, solo prisa.

Corrimos, tanto y tan rápido que casi se nos escapa noviembre, aunque llegamos a tiempo: a tiempo de perderlo todo. Noviembre siempre ha sido mes de perder, y de perder haciendo ruido.

 

Azure Ray – November

So were speeding towards that time of year, to the day that marks that you’re not here.