Te fuiste, otra vez, y me di cuenta de que había perdido la cuenta, de que lo habías hecho tantas veces que ya se había convertido en rutina. Nos acostumbramos a las cosas que se repiten, sí, pero eso no hace que todas las costumbres sean buenas.
Desaparecías sin decir nada, intentaba buscarte sin suerte y esperaba. Esperaba días, semanas, alguna vez hasta meses. Al final siempre volvías.
Volvías y eso era bueno. Estabas ahí, las cosas se parecían un poco a como eran antes y era como si jamás te hubieras ido… pero te habías ido.
Te habías ido y no me habías dicho nada, ninguna explicación de por qué, y mientras esperaba no podía evitar intentar encontrar esos motivos que era imposible que adivinara. Acababa siempre echándome la culpa, diciéndome que había sido aquello que había dicho o lo otro que había hecho.
Luego volvías. Y hasta te daba las gracias.
No todas las costumbres son buenas.
Al final solo te fuiste una vez.
Nunca llegaste a volver de verdad.
Andrés Suárez – Vuelve
Puedes quedarte con la playa y los abrazos.
Parece ser un acertijo. ¿Me equivoco?
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No sabría qué decirte… originalmente no, pero nunca se sabe conmigo: a veces me sorprendo a mí mismo.
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Jajajajaja… Eres un acertijo en ti mismo.
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