The empty chair

Te sientas siempre en la misma silla pero nunca reparas en ella, y si lo haces es como silla, nada más. Nunca piensas, por ejemplo, en la cola que la mantiene unida, esa sin la cual no habría silla sino un montón de palos. ¿Acaso no es esa cola más silla que la propia silla?

Me pasa algo curioso, y es que olvido infinidad de cosas pero hay frases que tengo grabadas a fuego. Da igual el tiempo que pase: si cierro los ojos estoy ahí, escuchándolas, escuchando a su dueño decírmelas. No son frases al aire ni a otro: son siempre frases que alguien me ha dedicado. Dudo que algún día consiga sacármelas de la cabeza.


Era de noche y tenía una crisis, adolescencia creo que la llaman ahora. Fui a verte, pues era lo único que sabía hacer en aquellas situaciones. En parte creo que forzaba esos momentos solo para ir a verte, como si hiciera falta un motivo. Te lloré mis penas, y eso no lo recuerdo, pero puedo intuir qué me afligía por lo que vino después: eso lo oigo perfectamente salir de tu boca.

No te das cuenta, pero eres como el pegamento. Piensas que todo esto se sostiene solo pero no es verdad: lo sostienes tú.

Tampoco lo recuerdo, pero tuve que sonreír, aún con los ojos húmedos, y estoy convencido de que fue una sonrisa de esas que te curan. Me conocías a la perfección, sabías siempre de qué cuerda había que tirar y además tenías razón.

Aprendí aquel día que uno no siempre puede ser silla, pero tampoco hace falta, que es igual de importante ser una pieza de un todo, pues un todo no es tal si le falta algo.
Yo era pegamento.


Soy pegamento, y hay otras marcas que podrán hacer lo que hago por lo menos de forma parecida, pero a día de hoy lo que sostengo yo no lo sostiene otro.
No puedo evitar pensar que, de algún modo, cuando yo me vaya parte de todo esto se vendrá abajo. Se vendrá abajo poco, quizá solo alguna teja, como cuando tiembla el suelo y hay quien ni lo nota, pero habrá quien tenga goteras y necesite un cubo.
¡Joder! ¡Quiero ser un cubo! Quiero ser ese cubo tanto como quise ser silla, pero soy pegamento.
Habrá otro que traiga el cubo y no seré yo, y supongo que es como lo de los clavos que se sacan entre sí, pero mientras se siga colando el agua alguien notará mi ausencia.

Quizá echar de menos es eso.

 

Sting – The empty chair

And somehow I’ll be there.

4 comentarios sobre “The empty chair

  1. Ves? Yo no quisiera ser clavo ni pegamento, quisiera ser aire, brisa, lluvia; para poder estar siempre cerca de las personas que tanto echo de menos y sin que se dieran cuenta poder darles una caricia y un soplo de alegría en la mejilla. Buenas noches.

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    1. Es bonito, pero tampoco es cierto: todas esas cosas están en un sitio concreto, no en todas partes, y pueden moverse, sí, pero también puedes mover el pegamento.
      La metáfora viene a ser la misma.
      Buenísimos días.

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