Nos movemos en un mundo de probabilidades: la probabilidad de que mañana llueva, de que nos toque la lotería, de que sientas lo mismo que siento yo… y el peligro de esas probabilidades es que nos da igual el número, porque mientras algo no ocurre puede ocurrir lo contrario.
El cielo está gris, oigo truenos y el hombre del tiempo ha anunciado un 90% de probabilidad de lluvia, pero hasta que no me caiga encima la primera gota seguiré pensando que todavía es posible llegar seco a casa.
Y podría tocarme la lotería.
Y quizá me quieras.
Luego siempre cae una gota, y otra y mil más.
Luego siempre va el décimo a la basura, partido en dos por si acaso ha habido un error, lo tiro entero, alguien lo encuentra, lo cobra y vive una vida que era para mí (no os riáis, que la probabilidad de que esto ocurra no es para tomársela a broma).
Luego siempre lo veo rodeándote con sus brazos mientras tú sonríes y lo miras y eres feliz.
Ese podría ser yo, y sonreirías más y serías más feliz, pero si no me toca la lotería me vas a tocar tú; y a ti no puedodebo partirte en dos. Pero las gotas siempre caen.
Leonel García, Carla Morrison – Que lloro
La vida me dijo a gritos que nunca te tuve y nunca te perdí.
Jajajajajajaja es que ne tengo que reír…
Es muy largo para resumirlo o más bien no sabría como explicarme pero últimamente das justo donde tienes que dar.
Un millón de besos llenos de mimutos…
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¡Bien! Tiene doble mérito, que la puntería nunca ha sido mi fuerte 😉
Millones de abrazos plagados de mimutos.
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😘😘😘
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Ah, esa sensación de que nunca te tuve y nunca te perdí. Duele… Lo que me gusta es cuando dices que ella es como haberte ganado la lotería. Es hermoso ese pensamiento. Besitos, mi Principe.
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¡Mejor que la lotería! O menos probable al menos.
Un abrazo enorme, gemela mía. Te quiero 😉
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También te quiero.
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