No hay señales, no hay patrones, no hay avisos; o los hay y no los vemos, pero ¿qué más da? Es como si jamás hubieran estado ahí, siempre una sorpresa.
Si la mente es una casa y las ideas son muebles entiendo que vivo en una de esas de exposición con muebles de diseño que uno no tiene claro para qué sirven, pero hay un patrón, ¿sabes? Aquí sí. Hay una constante en todas las piezas, un elemento común que las une.
Todas mis ideas van por casa cogidas de la mano.
El caso es que ni cuando se espera se espera del todo, que es de esas cosas que uno no ve venir, que llegan sin más: estás aquí un día y de pronto no queda nada.
El The End siempre es a quemarropa.
¿Cómo vas a prepararte para un terremoto cuando ni siquiera sabes lo que es?
No puedes, no lo haces y de pronto un día empiezan a temblar tus baldosas, a tambalearse tus muebles, a caerse tus jarrones estallando en mil pedazos al contacto con el suelo.
Los jarrones tienen toda la pinta de ser sueños, y ese día se rompen uno detrás de otro.
Después del fin uno se queda con dudas: ¿a quién se le ocurriría inventar los finales abiertos? Nunca da tiempo a responder a cada pregunta, a colocar bien cada mueble, a llenar cada jarrón.
Todo lo que he escrito es por ti.
Paolo Nutini – Last request
Grant my last request and just let me hold you.
«Todo lo que he escrito es por ti». Precioso.
Me gustaLe gusta a 1 persona
🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona