Ojos tristes

Que quizá no me mirabas a mí, que mirabas tú hacia abajo porque vivir con los ojos cerrados es una locura y no querías ver a nadie, pero desde que mi mirada se ha cruzado en el camino de la tuya no pienso en otra cosa.

Uno no debería enamorarse jamás de unos ojos tristes, igual que no debería uno dejar que las palabras de los demás gobernaran su vida; ni comer jamón serrano. Si uno cree todo lo que le dicen está perdido.
Por aquello de encontrarme he ido de rebelde y no hecho caso: uno debería enamorarse de lo que le diera la gana; y ahora que he caído en ti no veo salida.

No creo que haya sido tu tristeza en sí sino esa sensación de familiaridad, de conocerte sabiéndonos extraños. Yo esos ojos los he visto antes, puede que en un tiempo en el que miraban de frente o incluso sonreían. ¿Y si no me enamoré de tus ojos tristes sino de tu mirada alegre?  Quizá esto no sean más que las brasas.
Habría creído en ellos entonces, en esos que hablaban. Tendría sentido pues mi ausencia de norte.

Uno no debería enamorarse jamás de unos ojos tristes.
Por favor, sonríe.

 

Chavela Vargas – Ojos tristes

Tienen tus ojos un raro encanto.

12 comentarios sobre “Ojos tristes

  1. Es que… es que… es que me encanta!!!
    ¿Ves? Por cosas como estás, por que descolocas y eso es genial, porque la he leído varias veces y cada vez he pensado lo mismo, porque puedes hacer mejore el día en un plis y eso que a sido un lunes muy lunes eh y porque ya está y porque eres tú y porque si…….
    Y

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