El viento

Quería que la primera entrada del año fuera algo especial, por aquello de empezarlo con buen pie, pero me di cuenta luego de que esa idea contradecía por completo mi última entrada de 2015, y es que nos dejamos llevar.

Quiero escribir ahora como si no hubiera pasado nada, porque no ha pasado nada, pero soy incapaz. Es un nuevo año, dice mi cerebro, ¡es la primera entrada del año! ¿Y qué? Es la entrada de un domingo más, la primera de otra semana cualquiera, salvo porque no es otra semana cualquiera.

Odio cuando sé que algo es estúpido pero se empeña mi cabeza en sentirlo igualmente, como el hambre de helado o el amor.

Intento imaginar que no es tres de enero sino de abril, pero soy consciente de la mentira y no funciona. Nochevieja es como la barra aquella que tenía Will Smith en Men in Black: un reset.

Es la primera entrada del año.
Arranco el motor y me alejo de ese agujero negro al que dieron a luz doce uvas. Siempre me habían parecido inofensivas las uvas. Conduzco con la ventanilla bajada pues ya no es serio esto del invierno. No uso el retrovisor: ahí atrás no hay nada. Nada.
Un autoestopista de pie sobre el arcén sostiene un trozo de cartón. Freno a su lado para leer que en su cartel está escrito lo mismo que en mi espejo: nada. Sube, te digo, voy en esa dirección. Y arranco de nuevo.

Te estaba esperando.

 

Manu Chao – El viento

Por la carretera, por la carretera…

8 comentarios sobre “El viento

  1. Oye, esto de los likes es nuevo o yo no lo había visto… Soy tan distraída… Pues te diré Zitita… Tu le llamas Nochevieja… Yo le llamo Año Viejo… Como cambian las nomenclaturas dependiendo de donde vienes… ¿Recuerdas el Y-2-K? Ese sí que fue un cambio de año apoteósico… Era de año y de siglo… ¿Cómo no se iba a poner una el reset, si hasta los computadores del mundo entero se iban a «resetear» (valga el verbo) e íbamos a quedar nada más y nada menos que en el oscurantismo? No cuentas bancarias, los computadores se iban a quedar en blanco (más bien en negro)… peor que cualquier historia macabra que te puedas inventar hoy día. ¿Y a que vengo yo con tantas cantinfladas, a esta hora y en este siglo? Nada, mi amor, que es normal que tu cerebro funcione como funciona. Son muchos años de acondicionamiento… Tengo un letrero… ¿Quieres leerlo?

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    1. El letrero es lo de menos, tú hace tiempo que vas ya conmigo en el coche, y eso es lo importante 😉
      Lo del año 2000 sí que fue catastrófico… o eso nos hicieron creer, aunque hay una frase tuya que no me convence, porque yo creo que tú con tus historias eres capaz de superar aquella con creces.
      Un abrazo bien grande desde el asiento de al lado del coche.

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