Solo en casa

No sé si a ti también te pasa, pero yo el árbol de Navidad lo tengo en una esquina del salón. Como siempre he sido muy práctico, teniéndolo en un rincón, nunca le he visto sentido a decorarlo entero, así que se podría decir que lo decoro a medias, ya sabes, por el lado que se ve. Llámame superficial, pero yo qué sé, si nadie lo va a ver, ¿para qué? Ni que la belleza estuviera en el interior.
Te preguntarás por qué te cuento lo de mi árbol… de algo tenía que hablar, ¿no? Aunque estoy yendo hacia algún lado, o al menos eso creo.
Este año puse el árbol tarde, muy tarde, ayer quizá. Puse el árbol tan tarde porque este año no siento la Navidad. Hala, ya lo he dicho.
Siempre he sido muy navideño, en serio, pero este año no, nada. Veo las luces y no reacciono, ni frío ni calor, o calor, que vaya tela este año con la temperatura; pero no es calor de ese que te pone tierno y oh qué bonito es todo. No. Es calor agobiante. Mira que la Navidad por definición es agobio, pero ni con esas: no hay manera de sentirla.
Llevo días preocupado, dándole vueltas a qué podría estar pasándome: la treintena, el cambio climático, la madurez… hoy mirando el árbol lo he visto claro: este año estoy en el lado oscuro, y El despertar de la fuerza no ha tenido nada que ver.
La Navidad es un tiempo entrañable, feliz; un momento para compartir tu alegría con los tuyos. Exacto.
Este año, por primera vez en mi historia, voy a pasar la Navidad solo. Tengo el piso lleno de trampas para cuando lleguen los ladrones, y ha sido divertido prepararlo todo y tal, aunque, igual que pasó con Macaulay, algo no va bien: este año estoy triste.
Como he dicho antes que soy práctico he visto oportuno demostrarlo, por lo que he decidido coger ese sentimiento y plasmarlo en una postal: ¡Este año voy a hacer una postal triste!, me he dicho lleno de entusiasmo. Entusiasmo triste, obviamente.
Parecía una idea fea y del todo antinavideña, pero también parecía un reto, y yo a un buen desafío no le digo nunca que no.
Y así hemos llegado hasta aquí, tú con tus cosas y yo con mi postal triste.
Espero de corazón que estés en el lado del árbol donde brillan las luces, que tengas unas fiestas llenas de calor, de abrazos y de amor de los tuyos, pero eh, que si no no pasa nada, que si te fijas a la izquierda he dejado más hueco y cabemos todos.
La Navidad es alegre cuando lo es, pero cuando no lo es no lo es, y tampoco se acaba el mundo, salvo aquella vez que pasó lo del efecto 2000 y todos morimos y fuimos arrastrados a esta especie de purgatorio en el que malvivimos…
Oh cielos, ¿somos todos Bruce Willis?
¡Feliz Navidad!
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Bom Bom Chip – Solo en casa
Maquinando, maquinando, ¿qué más puedo hacer?

6 comentarios sobre “Solo en casa

  1. ¿Te acuerdas de esos abrazos que te hacen grande? Bueno, tal vez esos abrazos también te ponen un poco alegre… Y tal vez te hacen sentirte un poco menos solo… Y un poco menos triste… La postal está preciosa… ¿Me ves? Estoy metida entre la rama de la esquinita en la punta de abajo, lista para darte uno de esos abrazos que te dejan sin oxígeno y un beso bien grande, mi Ztita. Feliz Navidad!

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    1. ¡Feliz Navidad! Está claro que esos abrazos, además de hacerme grande, me ponen muy pero que muy contento. Espero que estés pasando unos días geniales escondida entre las ramitas 😛 ¡Un abrazo!

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