Colour me in

Lo que pasa es que tú no te ves. Te limitas a estar, a seguir adelante, quizá a fluir, pero sin verte. Sabes que estás porque… bueno, lo cierto es que no sabes decir por qué, pero tampoco es que lo necesites, ¿no? Uno está y ya está, sin más.
Y no te ves.

Te lavas los dientes al menos un par de veces al día, te peinas, te vistes… probablemente delante de un espejo. Quizá en algún momento de tu rutina diaria te subas a un ascensor, o a varios, y en la mayoría de ellos hay también espejos. Puede que pases frente a escaparates, puertas de edificios, coches… que no son espejos en sí mismos pero igualmente te reflejan.
Y no te ves.

Tus ojos captan tu figura, vale, y eso es verse, pero no te dedicas más que un instante, no te fijas en ti, no te observas ni te examinas. Eso también es verse, verse de verdad en mi opinión. ¿Y sabes qué? Que no te ves.

Piensas que sí, pero es que pensar que no sería muy triste, aunque sea cierto. A veces toca, ¿sabes? Hay que afrontar las cosas, aunque no sean fáciles. Se llama mejorar.
Puestos a afrontar, voy a dejar de hablar en segunda persona para seguir en primera.

El hecho es que no me veo. Vivo, y no me va mal; y disfruto y no tengo queja, pero no me veo. ¿Por qué no me veo? Diría que nadie se ve realmente, pero sería echar balones fuera. La respuesta es que no lo sé: no sé por qué no me veo.
Supongo que tiendo a ser demasiado crítico conmigo mismo, a pasar por alto mis puntos fuertes, a no dar valor a aquello que quizá no me hace único pero sí me hace especial. Supongo que por miedo a parecer prepotente me diluyo, y al atenuarse mis líneas no me distingo.

Hoy he visto un dibujo. Mi primer pensamiento al verlo ha sido ¡Wow! Hombre de palabras que es uno. Ya sabéis (o no) que yo el wow lo pienso en inglés, que en castellano me suena a ladrido, y alguna vez ladro pero no ha sido el caso.
Hoy me han dibujado y me ha costado reconocerme. Ha sido entonces cuando lo he pensado, cuando me he dado cuenta de que no me veo. Me han hecho un dibujo y es bueno, muy bueno. El mérito es del artista, cuyo increíble talento no se limita a las líneas y a los colores. Él va más allá. Él mira. Él observa. Él ve.
Y me ha visto.
No son solo las formas, sino el gesto, la expresión. Miro el dibujo y veo mi esencia, esa que yo tiendo a obviar. Me veo.
Pienso en el proceso, en la observación, en la atención a los detalles. Aprendo a verme.
Es una obra de arte, sí, pero al mismo tiempo es una lección.

Gracias.

Damien Rice – Colour me in

And then… colour me in.

9 comentarios sobre “Colour me in

  1. Si te vuelve a pasar y vuelves a creer que no te ves, dímelo y te dejo que te mires a través de mis ojos, te aseguro que te vas a encantar..
    Le voy a dar a «publicar comentario» y me voy pitando a por un espejo por si consigo verme de una vez.
    Descansa mucho!!!

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    1. ¡Muchas gracias por la oferta! Si vuelvo a no verme yo te aviso 😉
      Un abrazo bien grande, y a mirarse bien, que tenemos mucho que ver de nosotros mismos.
      ¡Feliz miércoles!

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  2. ¡Qué bonito, Ztita! Eso de que un artista te capture, que haga más que lo que hace el espejo, es un concepto impresionante. A lo mejor me hace falta que me vea artista a ver si me veo…Aunque también los que te leemos te vemos, vemos lo que piensas, lo que sientes…te desvistes y no lo sabes. Besos.

    Le gusta a 1 persona

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