Estaba hablando el otro día con un hombre de, no sé, cuarenta años quizá (soy malísimo para eso de las edades), y me preguntó qué iba a hacer estas vacaciones. Voy a hacer surf, le dije. Me contó entonces que él siempre había querido probarlo, a lo que respondí que lo hiciera, que le gustaría. Ya es tarde para mí, zanjó; tal cual, como cuando en una película acecha la tragedia y alguien tiene que sacrificarse para evitar el apocalipsis. Él había decidido ser ese alguien, pero el caso es que no había apocalipsis ni tragedia ni nada, que por no haber no había ni nubes en el cielo, ni una siquiera. Nunca es tarde, insistí, por aquello de tratar de ser positivo. Para mí sí.
Para qué seguir, ¿verdad?
Me dio pena, porque estamos hablando de una persona joven, sana y con un buen trabajo. En otras circunstancias podría haberlo entendido, pero así, sinceramente, no. ¿En qué momento de tu vida decides que ya es tarde para probar cosas nuevas cuando, si todo va bien, te queda más de la mitad del camino por recorrer?
Supongo que lo que me dio pena realmente fue pensar que a lo mejor diez años atrás esa misma persona veía el mundo como lo veo yo hoy, que quizá su yo del pasado también se habría estremecido al descubrir que su rendición era inminente.
Desde aquella conversación la pregunta está ahí, rondándome. Intento no hacerle mucho caso, pero de vez en cuando asoma: ¿me rendiré yo también? Leyendo las noticias esta mañana encuentro la respuesta: una mujer búlgara de 80 años ha saltado desde el puente Europa, en Austria, a 192 metros de altura; con cuerda, claro. Se trata, según leo, de uno de los diez lugares más peligrosos del mundo desde el que hacer puenting, y ahí que ha ido ella, dispuesta a cumplir su sueño tras 13 años de experiencias extremas. Echando cuentas, la mujer en cuestión empezó en eso a los 67 años. En ningún momento se le ocurrió pensar que ya era tarde para ella.
Vuelve una última vez la pregunta, consciente de que será la última vez que me visite: ¿me rendiré yo también?
Sonrío mientras se aleja.
My Chemical Romance – Save yourself, I’ll hold them back
We can live forever if you’ve got the time.
Muy bien Ztita…se raja uno cuando se acaba la vida, mientras tanto y en tanto el cuerpo aguante, haz de todo…Vive la vida con toda la intensidad de la que ses capaz hasta el el último segundo. ¿Te acuerdas de aquel poema de Jorge Luis Borges «Si fuera más joven»? El se arrepintió de todo lo que NO hizo. Y te dejo con un poema de mi tierra «En la brecha» de José de Diego.
¡Ah desgraciado, si el dolor te abate,
si el cansancio tus miembros entumece!
Haz como el árbol seco: reverdece
y como el germen enterrado: late.
Resurge, alienta, grita, anda, combate,
vibra, ondula, retruena, resplandece…
Haz como el río con la lluvia: ¡crece!
Y como el mar contra la roca: ¡bate!
De la tormenta al iracundo empuje,
no has de balar, como el cordero triste,
sino rugir, como la fiera ruge.
¡Levántate!, ¡revuélvete!, ¡resiste!
Haz como el toro acorralado: ¡muge!
O como el toro que no muge: ¡embiste!
Un beso.
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Me ha gustado mucho el poema, tendré que buscar más sobre su autor, que no lo conozco. Muchas gracias, tanto por el descubrimiento como por tus palabras 😉
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Es un poeta de otro siglo…maravilloso. Estudió en España y siempre extrañó su islita. Búscalo. Es considerado un hombre ilustre en Puerto Rico. Hay calles que llevan su nombre.
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Mándale este post!! IS NEVER TOO LATE 🙂
http://www.quora.com/I-am-in-my-late-20s-and-feel-I-have-wasted-a-lot-of-time-Is-it-too-late-for-me-to-achieve-something-worthwhile
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🙂
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