La brisa cálida arrastra las cenizas de una noche que está ardiendo, cenizas que pasan volando ante nuestros ojos diciendo su último adiós antes de desaparecer para siempre.
Esta noche el fuego consume ayeres, quema recuerdos, disuelve diminutas partículas de pasado en el aire. Hoy, al respirar hondo, todo aquello que hemos vivido vuelve a nosotros, no a nuestra cabeza sino a nuestro organismo, como una especie de droga que el torrente sanguíneo se encarga de distribuir por nuestro cuerpo.
Lo absorbemos. Nos completa. Crecemos. Cambiamos.
Fuera ya no queda nada, pero si en algún momento hemos sido más nosotros mismos es ahora. Y no hay mejor lugar para empezar una nueva historia que sobre las cenizas de aquellas que algún día fueron.
The Rasmus – Time to burn
Too many bridges burned.
Somos mejores después de todo!
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Hay que ir siempre a mejor 😉
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