Wings

Cariño, ¡ya estoy en casa!

Ella cacarea algo desde la cocina, a lo que él frunce el ceño. Deja las cosas del trabajo y se acerca presuroso a donde está su esposa. El pastel de maíz huele de maravilla, mejor que otras veces, quizá incluso mejor que nunca.

– Te he dicho mil veces que no me gusta que te esfuerces tanto. No tienes por qué estar todo el día en casa. Sal, queda con tus amigas, diviértete. Podemos limpiar el piso entre los tres. Yo puedo hacer la cena.
– ¡Pero tú vienes cansado de trabajar! Lo hago encantada.
– ¿Y qué hay de ti? ¿Tú no te cansas? Prométeme que me harás caso, por favor.
– Lo intentaré – dice ella mirando hacia la parte baja del delantal.
– ¡Nada de intentarlo! Este 2015 vas a vivir, pero de verdad.

Ella sigue con la mirada perdida en el suelo. Él agacha la cabeza inclinándola hacia la izquierda hasta encontrar con sus ojos los de su amada. Le sonríe y poco a poco vuelve a elevar su rostro, haciéndola subir a ella también. Señala al techo y dirige allí su mirada:
– ¡Y con la mirada bien alta!
– Vaaaale – responde ella esbozando media sonrisa, mirando también hacia arriba.
– Sabes que te quiero, ¿no?
– Pues claro, tonto.
– Sabes que te quiero mucho, ¿verdad?
– Lo sé.
– Sabes que me haces el gallo más feliz…
– …del corral. Sí. Lo sé. Yo también te quiero más que a nada.
– No me engañes.
– Te quiero más que a cualquier cosa… sin contar a Tim.
– ¡Eso quería oír! ¿Dónde está nuestro pequeño granuja?

Lo encuentran concentrado en su habitación, bolígrafo en mano.
¿¡Quién está aquí!?
– El pollito bobo – responde Tim cabizbajo.
¿Por qué dices eso, pequeño? – pregunta su madre.
Porque no sirvo para estudiar. No sé hacer nada, ni una simple suma… y además, ¿de qué va a servirme?

Con un simple gesto que Tim no percibe le dice a su mujer que los deje solos, que él lo arreglará. Ella sale de la habitación, entorna la puerta y se queda espiando por la rendija. No es capaz de escuchar las palabras de su marido, pero sí oye las risas de su hijo, ve los golpes cómplices entre ambos y cómo el padre envuelve con su ala la de su pequeño, que envuelve a su vez el bolígrafo, acompañándolo en cada trazo.

Poco más tarde se reúnen los tres en el comedor, se deleitan con el delicioso pastel de maíz, charlan, ríen… disfrutan de lo mejor que tienen: su compañía.
Recogida la cena se sientan en el sofá: el padre enmedio, con sus alas extendidas; su mujer protegida a su izquierda, su hijo acurrucado a su derecha.
Os quiero, familia.


Esa es la escena que reproduce siempre mi mente cuando voy al supermercado y leo en la etiqueta de la bandeja Pechuga de pollo familiar. ¿No podría ser Pechuga de pollo sin amigos? O mejor aún: Pechuga de pollo cabrón.

Sería menos duro.

Birdy – Wings

I just wanna be by your side.

4 comentarios sobre “Wings

    1. Pues sí que es chulo, sí. ¿Te puedes creer que yo tampoco lo había visto? Mal eso de compartir cosas sin ver cómo son 😛
      Muchas gracias por el primer comentario del año. ¡A seguir sumando!

      Me gusta

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