Entramos en aquella tienda cuyo escaparate siempre la deja ausente mientras está dentro de su rango de visión y la miro. La miro porque es preciosa. La miro porque causa en mí el mismo efecto que el escaparate causa en ella. La miro y veo cómo se ilumina su mirada, como la de un niño que presencia por primera vez el baile de luces de la Navidad.
– Coge lo que quieras – le digo.
– ¿En serio? – pregunta – ¿Cualquier cosa?
– Lo que más te guste – sentencio.
Es cierto que nunca he entendido qué ve exactamente en todas esas cosas, pero no importa: con tal de verla así sería capaz de comprar hasta la última.
De pronto me abraza al tiempo que grita ¡lo tengo!, y yo que soy tonto pregunto ¿y qué es? Ella, que sabe cómo funciono, me da unos segundos para que pueda llegar yo solito a la respuesta. Me tiene. Soy yo. Yo soy lo que más le gusta.

Ella Henderson – Yours

And I wanna be your everything and more.