Prometí enseñarle algo bonito, lo más hermoso que hubiera visto en mucho tiempo, más incluso que él mismo.
Me miró altivo, seguro de que tal cosa era imposible.
Jamás lo conseguirás, pensaba radiante desde ahí arriba, sonriendo como sonríen los que se saben mejores en algo a pesar de no serlo.
Pasaron meses y años que parecieron darle la razón como hace el tiempo.
Y me olvidó.
Sígueme, te dije.
Lo hiciste y subimos; tropezamos, trepamos, escalamos… llegamos.
¡Aquí está!, exclamé triunfante.
Me observó sorprendido, puesto que no esperaba volverme a ver.
¿Esto?, musitó en un destello anaranjado, sonriendo como había hecho tiempo atrás.
Mi respuesta fue callar mientras me sentaba a tu lado.
No dejaba de mirarnos mirando al infinito, hablando de cosas que él ni siquiera se había llegado a plantear. Fue el único ahí arriba que se dio cuenta de que cada vez que abrías la boca se me erizaba la piel del brazo izquierdo, y si a él no se le puso la piel de gallina fue porque no tenía, aunque deseó con todas sus fuerzas que así fuera para poder experimentar también aquella sensación.
Cada vez que contabas algo se daba más cuenta de lo equivocado que había estado, aceptaba un poco más la derrota y se escondía.
Así, a nube por palabra, tapó su orgullo un atardecer que nunca más volvería a alardear de una belleza que palidecía ante la que se escondía en tu cabeza.
No sé si compartí el atardecer contigo tanto como te compartí a ti con el atardecer.
K’s Choice – Winners
And if I had your speaking voice I’d never whisper: I’d talk and talk and talk.