A pesar de lo mucho que me gusta correr soy lento.
Escucho. Observo. Sonrío. Callo.
Callo, es raro y quien me conozca bien probablemente ya haya olvidado que hubo un momento en el que fue así, pero callo.
Soy una de esas series que mejora a partir del capítulo cuatro, un capullo, un niño con la mente de un Shakespeare que quiere empezar a hablar y se encuentra con la potencia vocal de una Ariel con piernas.
Soy poco, poco, poco y luego todo.
Soy lento.
Aquella noche no fue diferente.
Escuché. Observé. Sonreí. Callé.
No fue diferente y eso tampoco quiere decir que fuera una noche más. Lo que hace a un encuentro especial son los detalles, que no siempre son triviales. Para captar los detalles hay que prestar atención: escuchar, observar, sonreír, callar.
Pensé mil veces dile esto, dile aquello, e incluso ¡habla, idiota!, pero estaba demasiado ocupado haciendo esas cuatro cosas, siendo el primer episodio: siendo lento.
Poco, poco, poco y luego, cuando el semáforo se puso en ámbar, aceleré…
Hell is for Heroes – Slow song
Come down to my heaven.