Longest night

Me tumbo en la hierba, miro hacia arriba y no veo nada más que cielo. Es azul, pero sólo durante un instante. Miro hacia arriba, no veo nada más que cielo y pienso que tú, que no sé dónde estás, miras hacia arriba y no ves nada más que cielo, azul también, pero sólo durante un instante también.
Los dos miramos al cielo, yo desde la hierba, tú desde mi cabeza, y de algún modo rebotan en él nuestras miradas incidiendo en ese espejo inexistente con un ángulo tal que tus ojos llegan directamente hasta los míos. El instante de ser azul del cielo pasa: ahora es verde. Miro al cielo y es como mirar a tus ojos; me pierdo cuando te encuentro, siento el mismo escalofrío, arqueo una ceja, sonrío, cierro los ojos conservando en mi mente la imagen de los tuyos, le doy un beso al aire… es como si no te hubieras ido… pero no estás cuando abro los ojos.
Es de noche y el cielo ya no es ni azul ni verde, sino negro, aunque todas las estrellas tienen tu color; quizá porque tú también sigues ahí, dondequiera que estuvieras antes, mirando al espejo, buscando en él mis ojos e imaginando mis besos.
Todas mis estrellas son verdes, pero estás lejos y no puedo abrazarlas. Y quiero abrazarte.

Howie Day – Longest night